Almas gemelas.
Cuando te miré supe
instantáneamente que tú estabas para mí y yo para ti, supe que éramos almas
gemelas y que tu alma y la mía se completaban como una pieza de rompecabezas.
Lo
supe porque en tu mirada vi todo lo que buscaba, porque mirando tus ojos me
perdía en un bosque que me brindaba tranquilidad y plenitud absoluta. Porque lo
supe en el momento que me di cuenta que eras mi cómplice de sonrisas, cómplice
de miradas, cómplice de locuras.
Yo, frío como un temprano de
hielo, tu, divertida y sincera. Soy el frio y tú el calor. Almas gemelas
distintas de la una con la otra, pero con una fuerza que siempre los junta. El
amor, la fuerza más bonita que nos unió. Un amor más fuerte que un huracán,
porque ellos siempre juntos quieren estar, más dulce que un chocolate recién hecho.
También supe que nos habíamos
encontrado en otra vida y que en ese tiempo pasado nos amamos profundamente hasta
morir, que desde ese entonces quisimos estar unidos eternamente, que tu alma y
la mía se buscaron desde siempre y no hay duda de que hicieron un viaje en el
tiempo para reencontrarnos aquí y ahora.
No hay duda, somos viajeros en el
tiempo que supimos coincidir en tiempos perfectos.
Gracias a mi querido amigo y excelente fotógrafo Alejandro Gonzalez por permitirme usar una de sus fotografías para el escrito de hoy. Pasen por su portafolio haciendo click aquí, ¿quien sabe? capaz terminan siendo fotografiados por el.
¡Un beso!

Comentarios
Publicar un comentario